Introducción.
La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.
Se entiende por mundialización la progresiva integración de las sociedades y de las economías nacionales en diferentes partes del mundo. Está impulsada por la interacción de los avances tecnológicos, las reformas en el comercio y la política de inversiones, y las cambiantes estrategias de producción, organización y comercialización de las empresas multinacionales. El ritmo y la profundidad de la mundialización difieren según los países y las regiones, pero los principales aspectos económicos del proceso son básicamente idénticos.
El termino MUNDIALIZACION se elaboró en los países latinos, en un principio con un carácter más bien geográfico, mientras término GLOBALIZACION se desarrollo en los países anglosajones con una gran carga ideológica.
La mundialización es la aldea planetaria provocada por el acercamiento de los hombres y de los lugares a causa de la desaparición (en sentido metafórico) de las distancias y por la información generalizada. Es una fase superior de la internalización de la vida humana, económica, social, política, cultural, y de la interdependencia entre países y entre continentes.
La globalización a través de la internalización de los mercados (es decir la fase actual de desarrollo del capitalismo) está facilitando a las empresas (sobre todo a las más grandes y a las transnacionales) su movilidad por todo el planeta, sin apenas restricciones en busca de las legislaciones laborales y medioambientales más favorables.
Sin embargo, a continuación se estarán desarrollando puntos esenciales de la globalización y mundialización que tienen que ver con sus orígenes, teorías, características, conceptualización, desarrollo histórico, retos, desafíos y alternativas de estos procesos.
Globalización vs. Mundialización
1.- Globalización.
La globalización es un fenómeno de carácter internacional: su acción consiste principalmente en lograr una penetración mundial de capitales (financieros, comerciales e industriales), ha permitido que la economía mundial (mecanismos que la integran: el comercio, la producción, y las finanzas) moderna abra espacios de integración activa que intensifiquen la vida económica mundial y Surge como consecuencia de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos económicos, los conflictos sociales y los fenómenos político-culturales.
Ha sido definida como el proceso de desnacionalización de los mercados, las leyes y la política en el sentido de interrelacionar pueblos e individuos por el bien común. Aunque puede ser discutible que ello lleve a este bien, puede definirse como la fase en que se encuentra el capitalismo a nivel mundial, caracterizada por la eliminación de las fronteras económicas que impiden la libre circulación de bienes servicios y fundamentalmente de capitales.
También es un proceso histórico, el resultado de la innovación humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la prolongación más allá de las fronteras nacionales, a la creciente interdependencia entre los países, a la creciente integración de las economías de todo el mundo ( esto en todos los niveles de la actividad económica humana), especialmente a través del comercio y los flujos financieros, abarca además aspectos culturales, políticos y ambientales más amplios.
Entonces se puede decir que la globalización es un concepto que pretende describir la realidad inmediata como una sociedad planetaria, más allá de fronteras, barreras arancelarias, diferencias étnicas, credos religiosos, ideologías políticas y condiciones socio-económicas o culturales, o sea un intento de hacer un mundo que no esté fraccionado, sino generalizado, en el que la mayor parte de las cosas sean iguales o signifiquen lo mismo.
1.1 Globalización. Origen, teorías y Características.
El proceso de la globalización.
Desde el punto de vista económico, la globalización es un proceso de integración de los mercados a escala mundial. Para ello, ha sido indispensable la formación de bloques económicos orientados bajo la lógica de libre comercio, con el fin de reproducir el capital. Este proceso, ha implicado la creciente interconexión de los mercados de todo el mundo. De ese modo, los eventos, crisis del sistema económico cada vez afectan con mayor velocidad y fuerza a todos los países del mundo.
En el campo social, implica la reducción de las distancias entre todos los países. Juega un papel primordial el desarrollo de las comunicaciones, ejemplo de ello es el uso de Internet.
Ese proceso ha tomado mayor fuerza a partir del fin de la guerra fría, hecho que permitió que el poder y las relaciones económicas estén dominadas por los Estados Unidos, pero esta hegemonía se enfrenta hoy a bloques como la Unión Europea, y otros bloques en Asia, América Latina y África.
Características de la globalización.
1. Se trata de un proceso universal, pues afecta a todos los países del planeta, independientemente de la posición que ocupen dentro de la economía mundial y del orden político.
2. Al existir un proceso irreversible de integración de los mercados, se parte de la existencia de países mejor posicionados que otros, es decir que su naturaleza económica es excluyente, porque aquellas naciones o regiones que no pueden ser competitivas, quedarán a la saga del desarrollo,
3. al ser en mercado el elemento primordial de la globalización, el Estado como unidad política y como espacio en el cual se desarrolla el gobierno y la soberanía de los países, queda en segundo plano,
4. al ser el mercado el mecanismo que rige las relaciones entre los países y regiones, la capacidad de consumo determinará su valor y no su condición humana. Por esa razón se dice que la globalización es deshumanizante;
5. está cimentada por los Medios Masivos de Comunicación, y su influencia es sobre los aspectos socio-culturales, políticos y económicos de los involucrados (el mundo entero, en otras palabras), porque permiten difundir ideas a cientos o miles de millones de personas.
6. Los mercados, el capital, la producción, la gestión, la fuerza de trabajo, la información, el conocimiento y la tecnología se organizan en flujos que atraviesan las fronteras nacionales.
7. La competencia y las estrategias económicas, tanto de grandes como de pequeñas y medianas empresas, tienden a definirse y a decidirse en un espacio regional, mundial o global.
8. La globalización empuja a las empresas y mercados a organizarse en redes estrechamente hilvanadas a escala planetaria.
9. La ciencia, el conocimiento, la información, la cultura, la educación, etc. Tienden a escapar de los límites o controles nacionales y ha asumir, al igual que los mercados, una lógica de red transnacional y global.
Causas:
1. La importancia de las multinacionales. Las empresas requieren el apoyo de sus Estados para el financiamiento de la infraestructura científica y tecnológica, los incentivos fiscales, un acceso privilegiado a los mercados públicos, y protección en las negociaciones comerciales. Simultáneamente la misma legitimidad política del Estado depende de su capacidad para atraer a los capitales financieros y las empresas innovadoras y creadoras de empleo.
2. La revolución tecnológica en los procesos productivos, la información, las telecomunicaciones y el transporte. El "toyotismo" o sistema de producción flexible permite combinar las ventajas de la producción artesanal (calidad de producto) con aquellas de la producción de masa (velocidad y bajos costos unitarios). El modelo se basa más en la organización (trabajo y producción) que en la capacidad técnica.
3. El predominio de la esfera financiera. Un reducido número de operadores controla las transacciones sobre el conjunto de mercados mundiales interconectados por un sistema que permite ejecutar órdenes de compra y venta en tiempo real.
1.1.1.- Bases conceptuales de la globalización
El concepto de «globalización» permitía explicar a los analistas y políticos hechos tales como la eliminación de puestos de trabajo en países desarrollados o la casi bancarrota de México en 1993, o Indonesia y Brasil en 1998. Una lectura de los «informes mundiales» de organismos internacionales como el Banco Mundial, la FAO, la ONU, la OCDE o el FMI de aquellos años, parecía demostrar que la globalización, lejos de ser una tendencia ideológica o una estrategia del capital, era un hecho histórico y natural ante el que sólo cabrá la adaptación. Hoy no escapa ya a nadie, este proceso es mucho más complejo e influyente de lo que en sí mismo parecía cuando se inicio el uso de dicho termino y que no basta con un análisis sobre sus consecuencias, sino que es también preciso ofrecer un estudio en profundidad sobre la construcción del mismo y sus significados.
Pero es precisamente a la hora de intentar definir la globalización cuando nos encontramos con tantas definiciones como disciplinas hay interesadas en su estudio, las cuales definen el objeto en función de sus propios intereses. Así, en economía, la globalización señala la creciente internacionalización de la economía y el aumento de las relaciones capitalistas de mercado. Para las disciplinas cuyo objeto de estudio son las relaciones internacionales, este concepto revela sobre todo el incremento de la densidad de las relaciones interestatales y el desarrollo de políticas globales. Para el derecho y las ciencias jurídicas, la globalización significa la intensificación de reglas y normas que rigen la emergente sociedad mundial, así como la transformación de éstas.
En sociología, se define la globalización como el proceso por el que se da un aumento significativo de las relaciones sociales a nivel global y por la emergencia de la llamada «sociedad mundial». Otra visión de la globalización la ofrecen las disciplinas dedicadas al estudio de los problemas culturales, que ponen de relieve su significado en cuanto a proceso de estandarización de las pautas culturales. En historia, la globalización ha transformado la disciplina en un intento por construir la «historia global».
A la vista de todas estas definiciones no cabría sino afirmar que no existe una única globalización, sino múltiples globalizaciones. Que se trataría de un proceso en el que convergen diversos factores: el cultural, el económico, el político, el social, el jurídico, etc., y del que se ocupan diferentes disciplinas.
Sin embargo, como señala Beck, la globalización es seguramente «la palabra (a la vez eslogan y consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la más nebulosa y políticamente la más eficaz de los últimos -y sin duda también de los próximos- años». Definirla es pues en primer lugar intentar acotar su significado, analizar aquellas cualidades que la definen per se, y respecto de otros conceptos. Una de las formas en que podemos conseguir este objetivo es abrir una ventana al debate en torno al concepto mismo de globalización, sobre el que hay una intensa reflexión teórica y crítica que llega hasta hoy en día.
La globalización está siendo hoy estudiada desde distintos autores, diferentes disciplinas y orientaciones teóricas, que pretenden ofrecer su propia visión de la misma. Estos esfuerzos, concentrados en los últimos diez años, no deben hacernos olvidar la larga tradición de estudiosos que han dirigido su trabajo a comprender las tendencias globalizadoras en sus diversos aspectos.
1.1.2:- El desarrollo histórico de la globalización
La semántica de la globalización, es decir, el estudio del significado de una palabra que en los años noventa ha entrado a formar parte del lenguaje común prestándose a una multiplicidad de interpretaciones, induce a definir la globalización como un concepto polisémico. La expresión globalización otorga unidad lingüística a una pluralidad de significados, esto es lo que constituye la riqueza interpretativa y disciplinar también su intrínseca ambigüedad política. En una primera aproximación, por globalización se entiende la liberalización del comercio y la desregularización de los movimientos de capitales a escala mundial con el fin de universalizar el modelo de crecimiento económico y de sociedad occidental. Con la expresión pensamiento único, acuñada por Ignacio Ramonet, director de "Le Monde Diplomatique", se entiende concretamente, como el proceso de occidentalización del planeta, la reducción de las diversidades locales (económicas, culturales, étnicas, ambientales) a la única racionalidad tecno-científica de los países desarrollados con la generalización y la implosión de la lógica de las empresas transnacionales y del capital financiero.
Los organismos internacionales encargados de imponer la racionalidad occidental son el Fondo Monetario Internacional ( FMI), el Banco mundial (BM) y l Organización Mundial del Comercio (4to). Las crisis financieras de los años noventa, en particular la crisis mejicana (1994-95) y la asiática (1997), han dado impulso a la organización de la resistencia internacional contra los efectos desbastadores de la globalización sobre las poblaciones de los países pobres y de reciente industrialización. El intento fallido de la millennium round del Wto (Seattle, 2 de diciembre de 1999) gracias a las movilizaciones militantes de las más diversas organizaciones no gubernativas (sindicatos, organizaciones de consumidores, ecologistas, ATTAC), ha demostrado que la organización de una "globalización desde la base" es posible sobre el propio terreno de las tecnologías más sofisticadas (Internet) que han contribuido a acelerar los procesos de "globalización desde arriba".
La victoria de Seattle (Stop Wto Round, Paremos la "Ronda del milenio" de la OMC, Nada será como antes), también ha revelado la insuficiencia política de los análisis de la globalización en la óptica del "pensamiento único". Según sus teóricos, el significado de la victoria de Seattle se resume en el retorno de la primacía de la representación democrática sobre las lógicas mercantiles, financieras y tecnocráticas. La salida política de la resistencia a la globalización consiste en la constitución de grupos parlamentarios llamado a trabajar sobre problemas del comercio, de los derechos de propiedad intelectual, de los bosques, de los recursos hidraúlicos, de la enseñanza, de la sanidad, de la explotación infantil. El objetivo político es construir una "verdadera democracia internacional".
El análisis crítico que sostiene el éxito político de la revuelta (parlamentarismo supranacional) contra una globalización que privilegia la circulación de las mercancías y del capital: la exportación de bienes, de servicios financieros y de capital es una ventaja exclusiva para los países del centro; en consecuencia, la resistencia política contra la globalización es interpretada como una primera victoria de los países del Sur contra las organizaciones monopolísticas y las clases parasitarias del Norte. El límite de este planteamiento, que pertenece a la totalidad de la historia de las teorías del imperialismo, es el separar el estudio de las perversiones del mercado global, del análisis de los procesos productivos que están en el origen de estas mismas disfunciones de la circulación de las mercancías y de los capitales. El eslogan anglosajón "Fix it or nix it", "ajusta o elimina" es la regla de des-organización de instituciones como el Wto, revela la combinación irresuelta de crítica reformista y de iniciativa política que caracteriza el esquema de interpretación de la globalización según los teóricos del imperialismo.
La globalización se inscribe en la constitución del mercado mundial, definida por Marx como el máximo resultado histórico del capital. La generalización de la explotación de la fuerza de trabajo a escala planetaria como "presupuesto y resultado de la producción capitalista" es el elemento de continuidad de la globalización en el interior del desarrollo histórico del mercado mundial. En esta trayectoria histórica, el crecimiento del comercio exterior y del dinero mundial contribuye en la globalización del capital como relación social, una relación que se articula con la división internacional del trabajo y con las relaciones jerárquicas entre estados-nación.
La actual fase de la globalización está marcada por un mercado mundial en plena recomposición sobre la base de la intensificación de los flujos de comunicación, de la deslocalización y concentración industrial, de la internacionalización de los mercados de bienes y servicios (aldea global), de la financiación de los procesos de acumulación (multiplicación de los mercados bursátiles), del desmantelamiento del estado social y de la redefinición del peso específico de las potencias económicas. En este proceso de globalización de las relaciones capitalistas de producción, la división técnica del trabajo converge en el espacio más rápidamente que el costo de reproducción de la fuerza de trabajo, de tal forma que los diferenciales salariales son utilizados para la construcción reticular de las empresas a escala transnacional como indicación de la "concentración sin centro", para la descentralización flexible, controlada y coordinada de las empresas de los países-centro.
La economía mundial nunca ha sido solamente una economía internacional, es decir, una economía fuertemente orientada hacia el exterior sino que las principales entidades son las economías nacionales. La determinación de relaciones asimétricas, vehiculadas por el sistema monetario y financiero internacional, entre Centro y Periferia, Norte y Sur, desarrollo y subdesarrollo, representa de siempre, incluso en el periodo del gold estándar, el elemento global para el crecimiento económico internacional. No es ni siquiera imaginable, en contraposición al esquema de la economía puramente inter-nacional, una economía completamente globalizada, un sistema mundo en el que las economías nacionales aisladas son sometidas y rearticuladas por el sistema de procesos y transacciones que se autonomizan completamente de los enraizamientos sociales de las economías locales.
Con la globalización la determinación local (metropolitana) y regional de los procesos de producción y de distribución de la riqueza mantiene y además refuerza de manera conflictiva la dimensión Inter-nacional en el interior de la economía global. La hibridación entre dimensión inter-nacional y la vocación global del desarrollo económico mundial explica el paradójico resultado del análisis evolucionista de estudiosos como P. Hirst, G. Thompson [Hirst, P., Thompson, G., La globalizaciones dell” economía, Editor reuniti, Roma 1997], según los cuales la economía mundial era, comparativamente, más "global" en el periodo entre el 1870 y el 1914 (mayor intensidad del movimiento de capitales para inversiones directas en el exterior y mayores flujos migratorios) y aún más "internacional" en el periodo entre el 1980 y los años noventa (mayor concentración productiva y logística en los países de origen de las propias empresas multinacionales).
El mérito de las interpretaciones "continuistas" de la globalización, más que en la propuesta de reforzar la gestión institucional y la regulación inter-nacional de la economía mundial, consiste en demostrar a que impasse conducen los análisis de la globalización que no ponen en el centro de atención las modificaciones de los modos de producción y las transformaciones de la naturaleza del trabajo. Las consecuencias de la globalización sobre la vida de las personas en los países desarrollados, más que en los países pobres o en vías de desarrollo, las especificaciones de los movimientos de capitales y del nuevo capital financiero desde el punto de vista del ahorro obrero (renta de pensiones) y el financiamiento de las economías domésticas, el análisis de las nuevas formas de la violencia organizada en la edad global, son interpretaciones del fenómeno de la globalización que tienden a individuar los elementos de discontinuidad en el proceso histórico de creación del mercado mundial.
En el modelo de crecimiento postfordista la esfera de la circulación de las mercancías está sometida directamente a los procesos de producción y valorización del capital, es decir, que a la vez define en términos de biopolítica las modalidades de control, de regulación y de reproducción de la fuerza de trabajo a escala planetaria. La crisis de la relativa autonomía de las regulaciones monetarias del ciclo económico, la subordinación de las políticas de los bancos centrales, en primer lugar, de la Reserva federal a las dinámicas de los mercados bursátiles y a la valorización de los fondos de pensiones, son la otra cara de la subsunción directa de la circulación a la producción de la riqueza social. Con la liberación de los fondos de pensiones y del ahorro colectivo para los títulos de deuda del estado social y los títulos de acciones y obligaciones de los mercados bursátiles se certifica el carácter omnívoro de los procesos post-fondistas de producción de riqueza, la "puesta a trabajar" de la propia vejez con la superación de la separación keynesiana entre ahorro e inversión.
La naturaleza lingüística del trabajo post-fondista y la virtualización de los procesos técnico-productivos (digitalización de los sistemas productivos, aceleración de los flujos de información y superposición de la dimensión producto y de la dimensión servicio de las mercancías) modificando radicalmente el cuadro de procesos de producción de riqueza a escala mundial. Bajo este perfil, la globalización es definible como paso de las clásicas dinámicas del imperialismo a la lógica del Imperio. La globalización como imperio es la organización mundial de la subsunción de la circulación en la producción, la "puesta a trabajar" de la vida de la fuerza de trabajo en la fábrica global. La cara oculta monetaria de la subsunción real es la desinflación, el crecimiento no-inflacionista, la producción de una excedencia estructural de riqueza social que las tradicionales maniobras sobre tasas de interés para la regulación de los ciclos económicos ya no logran vehicular sin agravar la inestabilidad del sistema financiero global. Con la globalización del imperio las crisis financieras están circunscritas, aunque eso no corta de ninguna manera la gravedad de sus efectos sobre las poblaciones locales.
Las exportaciones de mercancías y capitales que han caracterizado al imperialismo histórico, la globalización añade la exportación del ahorro colectivo en búsqueda de rendimientos tales como contrabalancear los efectos monetarios del crecimiento no-inflacionista (no intermediación bancaria como resultado de la reducción progresiva de las tasas de intereses). En este proceso, la inestabilidad financiera y monetaria global está determinada por movimiento de capitales a corto plazo, movimientos condicionados cada vez menos por la especulación "en sí", pero cada vez más determinadas por tasas de envejecimiento y por los ciclos de vida de las poblaciones de los países-centro. La presión demográfica de los países de las periferias del imperio aumenta con el aumentar de la subsunción real.
El paso del imperialismo al imperio problematiza el esquema jerárquico de la división internacional del trabajo y las asimetrías entre Centro y Periferia porque con los flujos de valores a escala mundial, con la distribución desigual de la riqueza, efectúa resistencia el cuerpo de la fuerza de trabajo global, su multiplicidad. Para funcionar, el imperio debe ejercitar un control sobre la reproducción de la fuerza de trabajo que tiende a anular la diversidad identitaria (étnica, religiosa, cultural) generando comunidades de la indistinción. La lógica financiera que caracteriza la globalización imperial balcaniza el cuerpo de la fuerza de trabajo global en el momento mismo en el que dicta las políticas económicas de los gobiernos de los estados-nación.
La ejemplaridad de la "guerra humanitaria" de los Balcanes consiste en haber puesto en evidencia la contradicción entre las políticas financieras globales, las intervenciones del FMI y de la comunidad financiera internacional que a partir de los primeros años ochenta, han llevado a la progresiva disolución de la vertiente institucional de la ex Yugoslavia, generando altas tasas de paro y pobreza, y la explosión de la multiplicidad del cuerpo de la fuerza de trabajo de los Balcanes con la forma de la guerra étnica. El carácter humanitario de la intervención de la NATO ha puesto en crisis la centralidad del cuerpo de la fuerza de trabajo, la centralidad del tenerse cuidado del cuerpo en todas las dimensiones de la época imperial de la globalización, el conflicto irresuelto entre la determinación supranacional de los procesos de acumulación y la ontología del cuerpo colectivo, su naturaleza irreductiblemente múltiple.
En el imperio de la globalización los derechos humanitarios son similares a los elementos inmateriales, la componente de servicio de los productos, con la diferencia que para los productos el elemento inmaterial define relaciones de reciprocidad, mientras en el caso de los derechos el elemento inmaterial los define como conceptos sin cuerpo, actos lingüísticos que se realizan disolviendo los lazos de reciprocidad, balcanizando la naturaleza colectiva del cuerpo humano. Después de Seattle, solamente la república de las multitudes puede contraponerse a la globalización.
1.1.2.1:- De 1492 a 1945: Del mercantilismo al capitalismo actual:
La necesidad de un método válido y confiable apareció como una exigencia fundamental para el quehacer científico. Los espíritus más progresistas se dispusieron a buscar nuevos criterios metodológicos. Los límites espaciales y cronológicos del mundo moderno
El prisma euro centrista desde el que se concibe la edad moderna es la consecuencia de la valoración que el pensamiento europeo-occidental ha hecho de unos procesos básicos y característicos de la cristiandad occidental a lo largo de un dilatado periodo de tiempo. En este sentido, la geografía de la modernidad estará delimitada por Europa, concretamente Europa occidental, y por la magnitud de la expansión de su civilización desde el inicio de los tiempos modernos.
Pero la conceptualización del mundo moderno y sus límites espaciales y cronológicos son objeto de diferentes aproximaciones desde la propia historiografía de Europa occidental. La historiografía tradicional francesa, por su lado, considera que la edad moderna transcurre entre los siglos XVI y XVIII, situando sus comienzos en torno a la caída de Constantinopla en 1453, al descubrimiento de América en 1492 y al fenómeno cultural del renacimiento, en tanto que emplaza su final en el derrumbamiento de la vieja monarquía y el proceso revolucionario iniciado en 1789 (Revolución Francesa), con el que se iniciaba la contemporaneidad. En cambio, en la historiografía anglosajona el término "moderno" hace referencia a un periodo más prolongado y móvil. En consecuencia, la duración de los tiempos modernos tradicionalmente se ha situado tras el renacimiento, hacia el año 1600, y su final tiende a prolongarse en el tiempo hasta el siglo XX. La delimitación de su ocaso puede variar según las diferentes historiografías, en virtud del propio ritmo histórico de cada pueblo: por ejemplo, en 1848, en las naciones de Europa central; o en 1917 para Rusia.
De cualquier modo, y aunque la historiografía occidental ha tendido a situar la edad moderna entre los siglos XVI y XVIII, la consideración de acontecimientos puntuales de singular relieve en modo alguno son significativos sin la valoración de los procesos de cambio a nivel estructural en el devenir de las sociedades. Así, los inicios de la edad moderna difícilmente pueden ser comprensibles sin atender al despertar del mundo urbano en Occidente desde el siglo XIII, al clima de intenso debate religioso que preludia la Reforma iniciada en el siglo XVI, a los primeros síntomas de cambio en los comportamientos de la economía hacia formas precapitalistas o al proceso de conformación de los primeros estados modernos desde finales del siglo XV. Del mismo modo, el final de la edad moderna habrá de ser igualmente flexible en virtud de los procesos constitutivos de la quiebra y desintegración del Antiguo Régimen, cuya transición tendrá un ritmo y una duración variable según las diferentes realidades históricas de cada pueblo, y que a grosso modo podemos dilatar desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX, y aún en algunos casos hasta el propio siglo XX. En consecuencia, las transiciones hacia la modernidad y hacia el fin de la misma diluyen sus límites tanto en el Medievo como en la contemporaneidad.
La modernidad en su origen y en su esencia es un fenómeno europeo, pero la emergencia, extraversión y expansión de Europa le conferirán una dimensión mundial, a través de la presencia y la interacción de los europeos con otras civilizaciones de ultramar.
Como fenómeno esencialmente europeo los rasgos de la modernidad ilustran unas pautas de cambio profundo en la configuración del universo social, no sin variaciones según los diferentes pueblos de Europa. En el ámbito de las creencias, el hecho más elocuente del inicio de la modernidad es la quiebra de la unidad cristiana en Europa central y occidental, precedido del agitado caldo de cultivo de las herejías y las contestaciones críticas a la Iglesia romana en la baja edad media y que culmina en la Reforma protestante y el inicio de un largo ciclo de las guerras de Religión desde principios del siglo XVI. Asimismo, la secularización del saber, la consolidación de la ciencia y el avance del librepensamiento, basados en el pilar de la razón, generarán actitudes críticas hacia las religiones reveladas.
Estos cambios en la atmósfera cultural y su manifestación en los avances tecnológicos revolucionarán los hábitos materiales de las sociedades europeas y su visión y relación con el entorno a escala planetaria. Los nuevos inventos, en la navegación y en el campo militar, por citar dos ejemplos, facilitarán los descubrimientos geográficos y la apertura de nuevas rutas de navegación hacia los mercados de Extremo Oriente y hacia el Nuevo Mundo. En un plano más amplio, el nuevo marco cultural perfilado en el renacimiento y el humanismo generarán un escenario en el desarrollo del saber donde el hombre ocuparía un lugar central, cuya proyección alcanzaría su más elocuente forma de expresión en el espíritu de la Ilustración en el siglo XVIII y la configuración de Europa como paradigma de la modernidad.
Desde una perspectiva socioeconómica, la lenta pero progresiva implantación de formas protocapitalistas, vinculadas al desarrollo del mundo urbano desde los siglos XII y XIII, y el creciente peso de la actividad mercantil y artesanal en unas sociedades todavía agrarias, irán definiendo los rasgos de la sociedad capitalista. Aquellas transformaciones económicas transcurrirán paralelas al proceso de expansión de la actividad económica de los europeos en otros mercados mundiales, bien ejerciendo unas relaciones de explotación sobre sus dependencias coloniales o bien en un plano más igualitario, en primera instancia, en otras áreas del globo, como expresión de la emergencia mundial de las potencias europeas. Asimismo, conviene observar la traslación del eje de la actividad económica, y también geopolítica, desde el Mediterráneo, que no obstante seguirá jugando un papel crucial en la historia de los europeos en su relación con ultramar, hacia el Atlántico.
Las transformaciones económicas transcurrieron. Parejas e indisociables a ciertos cambios en la estructura social del Antiguo Régimen. Entre éstos, el protagonismo de nuevos grupos sociales muy dinámicos en su comportamiento, tradicionalmente asimilados al complejo concepto de burguesía, los cuales recurrirán a distintas estrategias tanto de corte reformista como revolucionario para su promoción social y política y la salvaguardia de sus intereses económicos. Movimientos que no convienen simplificar y superponer a otros fenómenos sociales que atañen a otros sectores de la población, tanto agraria como urbana, de carácter más revolucionario, como se pueden observar en el siglo XVII en el marco de la revolución inglesa; o las estrategias de los grupos tradicionales de poder para frenar o .neutralizar esos movimientos mediante la cooptación de esa burguesía emergente o mediante el recurso a prácticas represivas. De cualquier modo, estas pautas de transformación social conducirían con mayor o menor celeridad y con las peculiaridades propias de cada sociedad a la antesala del ciclo de revoluciones burguesas que se iniciaría desde finales del siglo XVIII y que supondría, en términos generales, el desmantelamiento del Antiguo Régimen.
Desde la perspectiva política, el fenómeno más relevante es la configuración del Estado moderno, las primeras monarquías nacionales, las cuales se irán abriendo paso a medida que se diluya la idea medieval de imperio cristiano a lo largo de las luchas de religión del siglo XVI. El nacimiento del Estado moderno concretará la expresión de nuevas formas en la organización del poder, como la concentración del mismo en el monarca y la concepción patrimonialista del Estado, la generación de una burocracia y el crecimiento de los instrumentos de coacción, mediante el incremento del poder militar, o la aparición y consolidación de la diplomacia, conjuntamente al desarrollo de una teoría política. Fórmulas que culminarían en el Estado absolutista del siglo XVII o en los despotismos ilustrados del siglo XVIII, pero que no pueden ocultar la complejidad de la realidad política europea y el desarrollo de modelos de gobierno alternativos, como las formas parlamentarias que se fueron implantado desde el siglo XVII en Inglaterra, y que vaticinan en la práctica y en sus teorizaciones el posterior desarrollo del liberalismo.
En su dimensión internacional, la emergencia y la configuración de la Europa moderna perfilarán una nueva visión y una inédita actitud hacia el mundo, y en esa perspectiva la modernidad implica el inicio de los encuentros, y también desencuentros, con otras civilizaciones a lo largo del globo.
Los descubrimientos geográficos y las nuevas posibilidades habilitadas por las innovaciones técnicas transformarán radicalmente la visión que del mundo tendrían los europeos. Un cambio de actitud que conjuntamente con las transformaciones socioeconómicas, culturales y políticas llevará a los europeos a expresar su extraversión hacia ultramar y concretar en el plano internacional la emergencia de Europa. En ese proceso, los europeos entrarán en contacto con otros mundos y con otras civilizaciones, no siempre con un ánimo dialogante, sino con la pretensión de imponer sus formas de civilización, o dicho de otro modo, con la intención de crear otras Europa, siempre que encontraran las circunstancias adecuadas para hacerlo. Es cierto que en el caso de América, el Nuevo Mundo se convirtió en el punto de destino de las utopías del viejo continente, pero en el plano ge. Eral de la política europea hacia estas áreas, como más adelante ocurriría con. La expansión europea por otros continentes, se plantearía en términos de desigualdad en favor de las metrópolis europeas.
Por último, la emergencia y la progresiva hegemonía mundial europea acabaría influyendo en el desarrollo de las relaciones internacionales, en la misma proporción que su expansión por el globo, aún lejos a finales del siglo XVIII de lo que sería la culminación de las prácticas imperialistas y de la hegemonía europea en vísperas de la I Guerra Mundial. La crisis del universalismo imperial y pontificio (la Cristianas medieval) entre los siglos XIV y XVI dejará paso a una nueva realidad internacional europea definida por el protagonismo de los estados modernos, la pluralidad de los estados soberanos, y la configuración del "sistema de estados europeos", cuya acta de nacimiento bien puede datarse en la Paz de Westfalia de 1648. Los estados, y concretamente las grandes monarquías europeas de los siglos XVII y XVIII, serán el elemento predominante en las relaciones internacionales de la edad moderna y al designio de éstos quedará relegadas la suerte de las posesiones europeas de ultramar y las posibilidades de penetración en otros mercados extraeuropeos.
1.1.2.2.- De 1945 a nuestros días: ¿De un mundo bipolar al fin de la historia?
La gestión de un mundo bipolar Teherán, Moscú, Yalta y Potsdam; en dicha conferencia a la que asistió Stalin, Roosevelt y Churchill se decidió fijar el día del desembarco y que en Yugoslavia los partisanos deberían recibir todo el apoyo para ser ayudados en las operaciones de comandos. Al mismo tiempo se acuerda que el ejército ruso iniciase una ofensiva hacia el este de Europa. En octubre de 1944 tuvo lugar la de Moscú a la que Roosevelt no pudo asistir y en la que se decidió el reparto de Europa. En febrero de 1945 tiene lugar la de Yalta que supuso un experimento de gobierno mundial, el desprecio a las pequeñas potencias en la participación de estas en la dirección de asuntos mundiales. El fin del dominio del planeta por un solo país, el arranque de la lucha entre el dogma marxista y el capitalismo, etc.
La elecciones polacas de iban a convertir en el primer acontecimiento conflictivo de la guerra fría. Cuando molotov anuncio que estas se celebrarían a la manera rusa el presidente norteamericano se disgusto. Mas tarde este acuso a Stalin de quebrantar los acuerdos de Yalta. Gran Bretaña quería ganar la guerra estratégica y políticamente. Para la opinión pública Británica Yalta fue la mayor traición británico-norteamericana. Entre el 17 de julio y 2 de agosto de 1945 se produce la conferencia de potsdam, donde se confirma de facto las fronteras germano-polacas ideadas por Stalin.
Se trató las reparaciones de guerra que tanto interesaban a los soviéticos y se hablo de destruir económicamente a Alemania.
Consecuencias de los tratados internacionales; la repercusión de los tratados a nivel mundial. El gran éxito político-geográfico de la URSS de Stalin que sale de la guerra como primera potencia mundial junto a usa y además amplia su territorio, nacimientos de estados comunistas en el este de Europa, guerra fría desde 1945 hasta 1989. La guerra fría paso por tres etapas. En este periodo se suceden la crisis de los misiles y la caída del muro de Berlín, carrera armamentística den de aparecen los complejos industriales y militares mas espectaculares ,cambio de mentalidad de la sociedades europea que percibían un mudo antagónico y bipolar hasta 1989, perdida de la hegemonía europea en el mundo que intentar volver a recuperar su protagonismo con los primeros esbozos de la UE, mantenimiento del pluripartidismo democrático en el occidente de Europa bajo el aval que introduce el plan Marshall y la doctrina Truman para ayudar a los países que configurasen modelos políticos pronorteamericano a cambio de ayudas, mantenimiento del modelo comunista en la unión soviética y expansión del socialismo real en el este de Europa, se busco frenar a los partidos comunistas en el ámbito de occidente, el origen de la comunidad económica Europa, nacimiento de la OTAN, aparición del patrón dólar en los países capitalistas frente al patrón oro y la bipolarización mundial reparto de esferas de influencia entre la URSS y Usa.
Guerra Fría La división ideológica y la lucha por la hegemonía entre las superpotencias produjeron un clima de confrontación general conocido como guerra fría. Dura desde 1947 hasta 1991.Es un conflicto global entre dos bloques antagónicos liderados por EEUU y la URSS. Fue un estado permanente de tensión internacional, pero no fue una confrontación directa la reconstrucción política del mundo fue el resultado de los tratados firmados por los aliados en Yalta y Postdam en 1945 se podría decir q hay empezó la guerra fría. La desconfianza y el temor mutuo se imponía entre los antiguos aliados q tenían intereses distintos.
Los primeros puntos de fricción fueron Irán, Grecia y Turquía. Se consolido un mundo bipolar, el bloque occidental controlado por EEUU y el oriental por la URSS, cuando se creo el plan Marshall que era una ayuda económica que daba EEUU a Europa, a lo q la URSS respondió creando el CAME. El bloque occidental creo una alianza militar la OTAN y el oriental respondió a el con el Pacto de Varsovia. Los conflictos mas importantes fueron la guerra de corea, la crisis de Berlín y la guerra de Vietnam. Entre 1962 y 1970 se dio una etapa llamada coexistencia pacifica en la q las dos grandes potencias llegaron a un acuerdo de respeto mutuo .Fue promovido por Kennedy y kruschev. Pero dentro de los bloques también había tensiones. En el BS Yugoslavia opto por una vía propia de organización social y económica. También las relaciones entre china y la URSS empezaron a deteriorarse y en el BO aparecieron movimientos sociopolíticos opuestos al dominio d EEUU.
1.1.3.- Teorías de la Globalización
Además de la globalización, las otras teorías que tienen un papel central en los estudios del desarrollo son:
a.- Modernización;
b.- De sistemas mundiales; y
c.- De la dependencia.
Desde una óptica más comparativa, la teoría de la globalización coincide en ciertos aspectos con la teoría de la modernización. Uno de esos aspectos es que ambos enfoques establecen que la "dirección orientativa" del desarrollo son las condiciones propias de Europa Occidental y de Estados Unidos. Se enfatiza el hecho de que los avances tecnológicos y los patrones de acumulación que se establecen en esos polos de desarrollo son los instrumentos para alcanzar mejores niveles de vida.
No obstante, la perspectiva de la modernización difiere de la globalización en varios aspectos, incluyendo el que se refiere a que la modernización sigue una exposición más normativa - el desarrollo debiera ser un seguimiento de la "ruta" de los países más desarrollados. Indica cómo el desarrollo debiera ser. La globalización por su parte contiene un carácter más descriptivo e interpretativo con base en una aproximación más "positiva" de los fenómenos que se hacen evidentes.
En cuanto a que la globalización enfatiza que los aspectos económicos y culturales determinan los procesos sociales, esta teoría ofrece rasgos similares a los de la "sociología comprehensiva" de Máx. Weber. Desde esta óptica, el sistema de valores, creencias y los patrones de identidades son aspectos claves para entender la dinámica social. Ya sea que esos caracteres se refieran a los grupos dominantes o a grupos subalternos dentro del contexto social. Para la globalización, los planteamientos weberianos de los años veinte deben ser adaptados a las actuales condiciones de principios del siglo XXI tomando en cuenta la difusión de ideas, valores culturales y la influencia en general de los medios de comunicación en las sociedades.
Las anteriores consideraciones dan base para afirmar que la teoría de la globalización y la teoría de los sistemas mundiales toman como unidad fundamental de análisis lo global, más que la categoría de estado-nación, la cual es más utilizada en los estudios de modernización y de dependencia. El sentido contrastante entre la globalización y la teoría de los sistemas mundiales se refiere, no obstante, a que esta última contiene adaptaciones de principios de materialismo dialéctico e histórico, mientras que la globalización acentúa sus fundamentos más bien estructurales y funcionalistas. De allí que los globalitas consideren formas de transformación más tendientes a las secuencias graduales de sucesos, que a saltos revolucionarios de intensa y rápida transformación. Para la globalización el reto de las sociedades es adaptarse secuencialmente a las innovaciones que plantean los nuevos escenarios con sus cambios en las esferas de comunicación y la economía.
La teoría de la globalización, la de los sistemas mundiales y hasta cierto punto la teoría de la dependencia toman en cuenta los cambios que más acentuadamente han ocurrido en la esfera económica. Por ejemplo: (a) en marzo de 1973, los gobiernos de las naciones más desarrolladas principiaron a operar con tasas de intercambio flexibles en sus mercados monetarios, lo que limitó la permanencia de políticas de tasas fijas para el valor de las monedas; esta condición impactó con drasticidad en el movimiento de inversiones, de capitales especulativos y de colocación de recursos en bonos y en bolsas de valores; (b) especialmente desde 1976 las transacciones comerciales han reforzado su carácter especulativo en los valores a futuro, lo que se ha visto más favorecido con la implementación de innovaciones tecnológicas en el campo de la informática, computadores y comunicaciones en general; (c) la revolución de las computadoras personales de los ochentas contribuyó a un más fluido movimiento de capitales, situación que también contó con el apoyo del fax en esa década; (d) durante los noventas la principal característica ha sido la promoción y acceso a los servicios de Internet lo que ha dado un carácter de mayor rapidez y flexibilidad a las intercomunicaciones. Es Internet quien ha creado mayormente en los últimos años el escenario para una "economía virtual", afectando significativamente con ello a las operaciones de mercados específicos.
En la actualidad, los principales aspectos que se encuentran en estudio dentro de la corriente teórica de la globalización se refieren a:
a) Nuevos conceptos, definiciones y evidencias empíricas relacionadas con las variables culturales y como las mismas afectan los cambios nacionales y regionales;
b) Procesos específicos en los cuales se concretan los mecanismos de una "sociología comprehensiva" dentro de las condiciones de la "aldea global";
c) Integración a diferentes niveles de poder tanto dentro como entre naciones y en términos comparativos con las diferentes modalidades de integración/marginación que ocurren a nivel mundial;
d) Formas dinámicas mediante las cuales los nuevos patrones de comunicación están afectando a los grupos minoritarios dentro de las sociedades;
e) Conceptos relacionados con la autonomía relativa de los estados y la relación de los mismos con las sociedades civiles, y dentro de ese contexto, la eficacia de la toma de decisiones nacionales respecto al campo macroeconómico; y
f) Formas en que el regionalismo y el multilateralismo están afectando los procesos de integración económica y social.
1.1.3.1.- Análisis Neoliberal del fenómeno de la globalización.
El mundo avanza aceleradamente en el proceso de globalización. Constantemente, se escuchan discusiones sobre cómo el mundo debe orientarse. Unos plantean que las naciones deben abrirse a una economía de mercado, donde el intervencionismo del Estado debe reducirse al mínimo, específicamente, a los aspectos de seguridad, administración de los recursos fiscales, salud y educación, como los más importantes. Otros sostienen que debe reforzarse el poder del Estado, promoviendo el intervencionismo estatal en todas las facetas de la vida ciudadana, en otras palabras, imponiendo mayores controles en la economía, entre múltiples aspectos que conforman este cuadro ideológico.
Estos debates, discusiones y estudios sobre tan importante tema se realizan en las academias, en los círculos o agrupaciones protestatarias, así como en los centros de desarrollo financiero y económico del mundo. Estos últimos no lo plantean como posiciones ideológicas sino como parte de su estrategia de negocios en todo el mundo.
Pareciera que el enfrentamiento comentado ha permitido que las sociedades estuvieran en conocimiento de lo que es la globalización y de la manera de cómo las afecta. Sin embargo, esta postura dista mucho de ser verdad, al menos, de lo que se observa en la mayoría de la población de los países. Puede sostenerse que sobre la materia existe un desconocimiento generalizado.
El tema no es fácil, aunque si cotidiano. Implica demasiado porque aborda todas las facetas de la sociedad. No es sólo que el mundo se abre o se cierra aún más. La globalización lo involucra todo, es hasta un modo de existir. Se puede decir que es hasta un sacar de su cultura y folklore al ser humano de su hábitat natural, es decir, sus costumbres, modos de ser, gustos, incluso maneras de comer. En síntesis, esta forma de organización mundial lo involucra todo.
Hay autores que poco profundizan en la búsqueda de la esencia de la globalización. Apenas, plantean que es un fenómeno mediante el cual las naciones se abren al mundo. Qué manera superficial de tratarla. Ahora, hay un grupo de tratadistas que plantean lo contrario. Empiezan por la dificultad de su definición, entre ellos se encuentra Sánchez (2004) quien sostiene lo complejo del tema y sin embargo, cree que lo determinan dos variables.
De acuerdo al citado autor, la primera variable se refiere al carácter financiero que se ha venido desarrollando en el mundo a partir de dos hechos: uno de los cuales es los avances tecnológicos y, el otro, la apertura de los mercados de capitales. Bajo el amparo de estas dos columnas, la globalización evoluciona de manera impresionante en la transformación de todas las relaciones sociales donde participa el hombre.
Los avances tecnológicos han permitido que los negocios se lleven a efectos en fracciones de segundos, con lo cual se realizan operaciones financieras en cualquier parte del mundo. En este sentido, hoy en la mañana se puede tener un gran capital en Alemania y, ya en la tarde, haberlo transferido a China. Estos movimientos financieros, que solo se pueden realizar por el desarrollo en el que se encuentran las telecomunicaciones, son productos del manejo especulativo del dinero internacionalmente.
El Banco de Pagos Internacional, según Sánchez (2004), estimó que el movimiento financiero en los diversos mercados de divisas mueve alrededor de un billón novecientos mil millones de dólares ($ 1.9 billones) que, aunque no aclara si es diario, mensual o anual, representa cuatro veces el producto interno bruto (PIB) de España, por ejemplo. Desde luego, debe considerarse que esas entradas y salidas de capitales han causado la ruina de muchos países y, por ello, se pueden así explicar las crisis mexicana, rusa y del sudeste asiático, por citar solo algunos ejemplos. (Es de acotar que el autor citado expresa que esta situación ha reivindicado la tasa Tobin, la cual se refiere a la creación de un impuesto para gravar impositivamente a los movimientos de capitales).
La otra variable que maneja Sánchez (2004) es la globalización de las transacciones de bienes y servicios que se viene realizando en el orbe terráqueo. Debe considerarse que los países pobres y exportadores de materia prima son los que demandan una mayor apertura de las fronteras, ya que los Estados Unidos de América y la Comunidad Europea son los que ejecutan más el proteccionismo. Países como las repúblicas bananeras de Centroamérica constantemente lo plantean. Por su parte, muchas organizaciones no gubernamentales (ONG’s), que luchan contra la globalización, plantean la necesidad de la apertura del comercio, pero no la de los capitales.
Todos estos cambios que se operan en el mundo, desde las modificaciones en el mundo de los negocios hasta la manera de vestir, justifica el interés que se pueda despertar para el conocimiento de la globalización. En este sentido, también, se ha despertado una motivación especial en el autor del presente trabajo.
Venezuela es una nación importante para los objetivos estratégicos de Estados Unidos de América; no con ello se dice que es de una importancia trascendental. La posición de proveedor seguro y confiable de petróleo, unido a la cercanía geográfica con la primera potencia mundial, hace que este país sea un blanco de la globalización. Es decir, es imposible que no sea considerada dentro del ajedrez mundial.
1.1.3.2.- Análisis Marxista del fenómeno de la globalización.
El modo de producción capitalista tiene unas características exclusivas que le diferencian cualitativamente de otros modos de producción anteriores, con algunos de los cuales mantiene en la actualidad relaciones de superioridad integradora y dominante; estas características, que son su contenido y esencia genético-estructural, a la fuerza e inevitablemente se expresan con formas y fenómenos exteriores pero dialécticamente unidos a los contenidos y a la esencia interior. A lo largo de la historia del modo de producción capitalista, cuyo parto data Marx en el siglo XVII, aunque se pueden rastrear las primeras contradicciones prenatales ya en los siglos XII-XIII, el capitalismo ha evolucionado en su forma y en su fenomenología, o si se quiere en su expresión histórico-genética, mientras que ha mantenido esencialmente iguales sus características cualitativas, su naturaleza genético-estructural.
El conocimiento básico de las categorías dialécticas de contenido y forma, y esencia y fenómeno, además de otras como ley, etc., este conocimiento es imprescindible para entender la evolución del capitalismo. Pongamos un ejemplo, mientras que la demagogia propagandística burguesa, en cualquiera de sus modas intelectuales y opciones políticas, insiste en la absoluta novedad y originalidad histórica de la globalización, diferenciándola cualitativamente de un "capitalismo" nunca definido con rigor teórico, desde nuestra parte se pregunta sobre cómo es posible entender que si a comienzos del siglo XX el 37% de la humanidad malvivía en la pobreza, a comienzos del siglo XXI esa masa de miseria, sufrimiento e hiperesplotación se haya agigantado hasta el 83%, y todos los estudios actuales mínimamente objetivos muestran su ciega e imparable tendencia al alza. Los intelectuales burgueses sólo pueden responder a esta tendencia alcistas innegable aduciendo que no tiene nada que ver con la globalización, es más, que sólo ésta puede detener primero y luego revertir ese aumento. Desde el marxismo que aquí asumimos, lo que ocurre es que el desarrollo capitalista está confirmando las terribles "profecías" realizadas por la mayoría de las corrientes socialistas del siglo XIX y muy especialmente las de Marx y Engels. Y ocurre que, desde este método de transformación de la realidad, la globalización es la forma actual de ese capitalismo.
El debate crucial gira sobre si existe o no un corte cualitativo entre la definición burguesa de globalización y el capitalismo. En este debate el uso de las categorías filosóficas añade otro factor de irreconsiabilidad entre el método transformador marxista y la ideología burguesa. Naturalmente, por método marxista nosotros entendemos el uso permanente de la dialéctica materialista realizado por los clásicos del marxismo, y muy especialmente su uso en la crítica de la economía política, que es lo que hicieron Marx y Engels. Semejante uso de la filosofía, la dialéctica hegeliana depurada de su idealismo y puesta sobre sus pies materialistas, ha sido desde entonces objeto de iracundos ataques no sólo de la intelectualidad burguesa sino también reformista e incluso "socialista" y "marxista". Pero la dialéctica es imprescindible para entender y aplicar el método marxista. No es en modo alguno casual que Lenin advirtiera en su brillante e imprescindible Cuadernos filosóficos que: "es imposible comprender plenamente El Capital de Marx, y especialmente su primer capítulo, si no se ha estudiado y comprendido la entera Lógica de Hegel". Esta advertencia de Lenin también fue repetida casi literalmente por otros muchos marxistas entre los que destacamos a Lukács, y de otras muchas formas por una larga lista que no podemos exponer aquí.
La advertencia de Lenin y de otros marxistas clásicos fue realizada cuando todavía eran desconocidas obras fundamentales de Marx como, sobre todo para el caso que tratamos, los Grundrisse, obra básica que permite ahorrarnos muchos esfuerzos ya que en ella Marx nos enseña cómo ha aplicado genialmente la Lógica de Hegel al meollo de su crítica como es la mercancía, el tránsito del valor de uso al valor de cambio, la fetichización que ello origina y sus efectos, etc. La importancia de este primer capítulo es obvia y el propio Marx fue muy consciente de que al empezar con unas páginas tan densas y exigentes podía desanimar a muchos lectores de seguir con el estudio de su obra, pero daba tanta importancia al problema de la mercancía que se negó a hacer concesiones teóricas. La razón la iremos viendo conforme avancemos en la crítica del capitalismo en su fase actual, la globalizada. No podemos extendernos ahora en los problemas que ha causado la exigencia marxista de especial esfuerzo intelectual en el primer capítulo, para desentrañar la lógica dialéctica que lo estructura y que permite comprender la ley del valor-trabajo, aunque simplemente diremos que incluso intelectuales que se autoproclaman "marxistas" han propuesto posponer el estudio de este primer capítulo y empezar por el segundo, por el del proceso de cambio, o por otros.
1.1.3.3. Otras Teorías
Vale la pena examinar algunas breves "definiciones" de globalización presentes en estudios de científicos sociales. Hay entre ellas congruencias y disparidades, pero cabe registrar la unanimidad con que se reconoce la problemática, Éste es un tema importante para el historiador: Pocas afirmaciones provocan controversias tan pequeñas como la de que los seres humanos están hoy en contacto unos con otros en todo el mundo, como nunca en la historia. La lista de ejemplos se volvió una letanía: la comunicación instantánea de la información, la cultura universal de estilos y experiencias, el alcance mundial de mercados y mercaderías, los productos compuestos de partes provenientes de diferentes continentes. Y la referencia a la aldea global es ya un cliché que pocos impugnan.
También el antropólogo se interna en el tema: La idea de que el mundo puede ser visto como un pequeño enjambre ligado por la fuerza abarcadora de los más media y del capitalismo internacional es el telón de fondo que sirve de base, en la actualidad, al empeño de muchos intelectuales, a la actividad comercial y a las directrices de gobiernos. Una de las cosas que la tecnología revoluciona realmente es la escala, o las escalas, en que se desarrollan las relaciones sociales.
El sociólogo se plantea el mismo desafío: "La globalización se refiere a aquellos procesos mediante los cuales los pueblos del mundo son incorporados en una sociedad mundial, una sociedad global".
El científico político también participa del debate: La globalización se refiere a la multiplicidad de relaciones e interconexiones entre estados y sociedades, que configuran el moderno sistema mundial. Focaliza el proceso mediante el cual acontecimientos, decisiones y actividades que ocurren en una parte del mundo pueden tener consecuencias significativas para individuos y colectividades en lugares distantes del globo.
En este "congreso" de científicos sociales está presente incluso el economista: La economía global es el sistema generado por la globalización de la producción y de las finanzas. La producción global se beneficia de las divisiones territoriales de la economía internacional, jugando con las diferentes jurisdicciones territoriales, para reducir costos, economizar impuestos, evitar reglamentos antipolución y controles sobre el trabajo, así como para obtener garantías de políticas de estabilidad y de favores. La globalización financiera construyó una red electrónica conectada 24 horas por día, sin controles. Las decisiones financieras mundiales no están centralizadas en los estados, sino en las ciudades globales Nueva York, Tokio, Londres, París, Frankfurt, y se extienden por medio de computadoras hacia el resto del mundo.
Nótese que las "definiciones" de globalización no siempre se distinguen por la originalidad. Algunas son un tanto vagas, mientras que otras se proponen precisar aspectos o ángulos. Pero la mayoría reconoce la novedad de esa problemática, que desafía la investigación y la teoría en las ciencias sociales. Es notable la cantidad y la calidad de los estudios sobre la globalización, o sobre sus diferentes aspectos, que pueden ser clasificados de metateóricos. Unos son monográficos y otros ensayísticos, así como algunos son principalmente descriptivos y otros interpretativos. Además, se destacan los que son críticos, en el sentido de que se concentran en los nexos y los movimientos de la realidad, buscando develar su constitución y su dinámica, junto a sus impasses y sus contradicciones. Pero también se multiplican los que se dedican a fundamentar y explicitar pronósticos, directrices u objetivos convenientes para los gobiernos, corporaciones, organizaciones multilaterales, movimientos sociales.
En relación con la orientación teórica, hay que reconocer que existen estudios elaborados en términos evolucionistas, funcionalistas, marxistas, weberianos, estructuralistas y sistémicos, entre otras orientaciones. No siempre son "ortodoxos" respecto de una u otra orientación, ya que hay diversos eclecticismos, a veces creativos y otros empobrecidos.
Sí, la globalización crea varios enigmas para las ciencias sociales. Vale la pena examinar algunos, aunque sea brevemente. Primero, la realidad social, o el "objeto" de las ciencias sociales se revelan diferentes, nuevos y sorprendentes. Se revela simultáneamente mundial, nacional, regional y local, sin olvidar lo tribal. Mucho de lo que es particular se revela también general. El individuo y la colectividad se constituyen en la trama de las formas de sociabilidad y en el juego de las fuerzas sociales en desarrollo en el ámbito global. Mucho de lo que puede ser identidad y alteridad, nación y nacionalidad, occidental y oriental, cristiano e islámico, africano e indígena o soberanía y hegemonía, se revela constitutivo de las formas de sociabilidad y del juego de fuerzas sociales que se desarrollan en un ámbito simultáneamente global, regional, nacional, tribal o local.
En este sentido la globalización, la globalidad o el globalismo se constituye como un objeto diferente, nuevo o sorprendente de las ciencias sociales. Allí se desarrollan relaciones, procesos y estructuras que delimitan las configuraciones y los movimientos de la sociedad global. Una sociedad en la que se insertan dinámica y decisivamente los individuos y las colectividades, los grupos sociales y las clases sociales, los géneros y las razas, los partidos y los sindicatos, los movimientos sociales y las corrientes de opinión pública; una sociedad en la que tanto se multiplican como se disuelven los espacios y los tiempos. Segundo, "el acervo teórico de las ciencias sociales" se revela problemático, insatisfactorio, carente de significado, exigiendo una reelaboración, o incluso dependiente de nuevos conceptos, categorías o leyes. Son muchos los recursos teóricos acumulados por las diversas teorías de la realidad social que se muestran problemáticos, inadecuados o faltos de complementación.
Sucede que, en su mayoría, los conceptos, las categorías y las leyes están construidos con referencia a la "sociedad nacional". Esa realidad fue vista mediante nociones científicas más o menos sedimentadas como: sociedad civil y estado, estado-nación y soberanía y hegemonía, pueblo y ciudadano, grupo social y clase social, clase social y lucha de clases, partido político y sindicato, individuo y sociedad, naturaleza y sociedad, identidad y alteridad, cooperación y división del trabajo, orden y progreso, democracia y dictadura, nacionalismo e imperialismo, tribalismo y nacionalismo, cultura y tradición, mercado y planificación, reforma y revolución, revolución y contrarrevolución, revolución nacional y revolución social, relaciones internacionales y geopolítica, geopolítica y guerra, capitalismo y socialismo.
En general, son nociones construidas, aceptadas, debatidas y más o menos sedimentadas, que tienen como referencia principal a la sociedad nacional. Aun cuando algunas de las nociones extrapolen esa realidad, como ocurre con varias, es innegable que todas tienen como parámetro la sociedad nacional. Por eso es necesario reflexionar sobre la "sociedad mundial", con toda su originalidad y complejidad, con el propósito de interpretar sus configuraciones y sus movimientos.
De allí la importancia de nociones, metáforas o conceptos como mundialización, planetarización, globalización, mundo sin fronteras, aldea global, fábrica global, shopping center global, ciudad global, división transnacional del trabajo y de la producción, estructuras mundiales de poder, desterritorialización, cultura global, mas media globales, sociedad civil mundial, ciudadano del mundo, mercados mundiales, infovía, internet, metahistoria, metateoría. Tercero, son numerosos los estudios de "orientación multidisciplinaria". En lugar de adoptar una perspectiva estricta, ya sea sociológica, económica, política, antropológica u otra, se basan en las sugerencias y las conquistas propiciadas por diversas ciencias sociales.
La originalidad y la complejidad de la globalización, en conjunto y en sus distintos aspectos, desafían al científico social a movilizar sugerencias y conquistas de diversas ciencias. Sucede que la globalización puede ser vista como un vasto proceso no sólo político-económico, sino también sociocultural, que comprende problemas demográficos, ecológicos, de género, religiosos, lingüísticos y otros. Aun cuando la investigación privilegie determinado ángulo de análisis, se ve continuamente desafiada a tomar en cuenta otros aspectos de la realidad, sin los cuales el análisis económico, político, sociológico, ecológico u otro da lugar a abstracciones carentes de realidad, consistencia o verosimilitud. Cuarto, son muchos los estudios que se apoyan necesariamente en el "método comparativo".
Más que nunca, frente a la problemática de la globalización, el científico social es conducido a realizar comparaciones más o menos complejas, que intenta hacer con rigor. En la medida en que la globalización abre un vasto y complejo escenario a la observación, la investigación y el análisis, el científico social se ve conducido a relevar ángulos y tendencias, condiciones y posibilidades, coincidencias y discontinuidades, diversidades y desigualdades, impasses y rupturas, desarrollos y retrocesos, progresos y decadencias.
Son muchos los procesos y las estructuras presentes, activos, visibles o subyacentes en el vasto y complicado escenario constituido a partir de la globalización del capitalismo, como modo de producción y proceso civilizatorio. De allí la importancia del método comparativo como una forma experimental, una especie de experimento mental, ideal o imaginario. Quinto, una vez más se reabre la controversia "presente y pasado", y viceversa. Cuando se da la globalización, no sólo se crean nuevos desafíos y nuevas perspectivas para la interpretación del presente, sino que también se ponen de manifiesto otras posibilidades de interpretación del pasado. A partir de los horizontes de la globalización, el pasado se puede revelar aún poco conocido, enigmático o incluso carente de nuevas interpretaciones. Es como si una nueva luz iluminase con otros colores lo que parecía diseñado, o como si develase trazos, movimientos, sonidos y colores que no se habían percibido, cuando la base podía ser el nacionalismo, el colonialismo, el imperialismo, el internacionalismo o alguna otra.
Desde las nuevas perspectivas, hay muchas realidades e interpretaciones que pueden ser repensadas. Es posible revaluar el alcance y el significado de la acumulación originaria, del mercantilismo, del colonialismo y del imperialismo, así como del nacionalismo y del tribalismo. También se torna posible repensar otras realidades antiguas y recientes: islamismo y cristianismo, Oriente y Occidente, occidentalización del mundo, africanismo, indigenismo, transculturación.
Sexto, por último, aquí se plantea nuevamente el dilema del "sujeto del conocimiento". Es necesario rever las posiciones habitualmente adoptadas en el análisis de la problemática nacional. Posiciones que parecen establecidas, cómodas o estratégicas, deben ser revistas o radicalmente modificadas. En relación con la problemática global, el sujeto del conocimiento se ve desafiado a desplazar sus miradas por muchos lugares y por diferentes perspectivas, como si estuviese viajando por el mapa del mundo. Las exigencias de la reflexión implican la adopción de una "mirada desterritorializada", capaz de moverse del individuo a la colectividad, caminando por pueblos y naciones, tribus y nacionalidades, grupos sociales y clases sociales, culturas y civilizaciones. Una mirada desterritorializada que se mueve a través de territorios y fronteras, atravesando continentes, islas y archipiélagos.
Son varios los enigmas que enfrentan las ciencias sociales al tratar de capturar los movimientos y las configuraciones de la sociedad mundial. Si es verdad que las ciencias sociales nacen con la nación, quizá se pueda afirmar que ellas renacen con la globalización.
Tomados en conjunto, los estudios sobre la globalización pueden ser clasificados como "sistémicos" y como "históricos". Sus lenguajes pueden ser muy variados e implicar nociones que parecen dispares: transnacionalización, mundialización, planetarización, globalización o globalismo; así como nuevo orden económico mundial, mundo sin fronteras, aldea global, tierra-patria, capitalismo mundial, política global, historia global, cultura global, modernidad-mundo, occidentalización del mundo y otras. Es posible distinguir incluso los estudios de acuerdo con las orientaciones teóricas: evolucionista, funcionalista, marxista, weberiano, estructuralista, sistémico, etc. A pesar de estas y de otras diferencias o de las convergencias, generalmente significativas, es necesario reconocer que los estudios sobre globalización tienden a ser predominantemente "sistémicos" o "históricos".
En general, los estudios sistémicos privilegian las relaciones internacionales, la interdependencia de las naciones, la integración regional, la geoeconomía y la geopolítica. Allí predomina el interés por las zonas de influencia, los bloques de naciones, los espacios geográficos, las hegemonías, las articulaciones de los mercados, la división transnacional del trabajo y de la producción, la fábrica global, el shopping center global, las redes de internet, el fin de la geografía y el fin de la historia; entre otras articulaciones, tramas, redes, interdependencias o trazados del mapa del mundo. Buena parte de las relaciones, los procesos y las estructuras que constituyen la trama de los diversos niveles y segmentos de la globalización, son descritos e interpretados en términos sistémicos.
Son principalmente sistémicos los informes, diagnósticos y pronósticos que utilizan las corporaciones transnacionales, los órganos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BIRF, Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento), de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras organizaciones públicas y privadas, nacionales, regionales y transnacionales. Los informes del Club de Roma revelan también el predominio de esa perspectiva de análisis.
Los estudios históricos privilegian tanto la integración como la fragmentación, la diversidad y la desigualdad, la identidad y la alteridad, la ruptura y el impasse, el ciclo y la crisis, la guerra y la revolución. El análisis de las relaciones, procesos y estructuras que articulan y desarrollan la transnacionalización, o la globalización, comprenden siempre la dominación política y la apropiación económica, tanto como la formación, la consolidación y la crisis de las soberanías. En el ámbito de las configuraciones y de los movimientos de la sociedad global, tanto se abren nuevas perspectivas como se crean impasses insospechados, sobre las condiciones y las posibilidades de la construcción de la hegemonía, ya sea de la nación, de la clase social o del bloque de poder.
En un mundo en el que las corporaciones transnacionales y las organizaciones multilaterales se despegan de los territorios y de las fronteras, y navegan a través y sobre el mapa del mundo, se crean desafíos insospechados para la construcción, el desarrollo o la realización de la soberanía, la hegemonía, la democracia y la ciudadanía. Mucho de lo que parecía natural y evidente, o posible y deseable, en el ámbito de la sociedad nacional, puede tornarse difícil, imposible o simplemente quimérico en el ámbito de la sociedad global. Sí, vista como realidad histórica, la globalización puede ser reconocida como un escenario en el que permanentemente se atraviesan muchas y diversas fuerzas convergentes y divergentes, que es posible sintetizar en las expresiones de integración y de contradicción.
Una vez más, frente a los desafíos y horizontes planteados por las configuraciones y los movimientos de la sociedad mundial, las ciencias sociales se ven llevadas a recuperar y desarrollar el sentido de historia, diacronía, ruptura, retroceso, desarrollo, decadencia, transformación, transfiguración. Junto a lo que parece ser estructurado, organizado, cibernético o sistémico, se encuentra la tensión, la fragmentación, la lucha, la conquista, la dominación y la sumisión; así como la raza y el pueblo, la mujer y el hombre, el esclavo y el amo, la acumulación y la pauperización, la alienación y la condenación. Vista como un desafío epistemológico, la metateoría histórica sintetiza y desarrolla la lógica de la historicidad activa en las relaciones, procesos y estructuras de dominación y apropiación, o integración y contradicción, que se expresan en el ámbito de la reproducción ampliada del capital, así como en el ámbito del desarrollo desigual, contradictorio y combinado, que se configuran en los movimientos de la globalización del capitalismo. En varios aspectos la metateoría histórica puede ser vista como un producto sofisticado del pensamiento dialéctico, desarrollado y sistematizado por Hegel y algunos de sus continuadores, con la primacía de la razón crítica.
Vivimos en un mundo conquistado, desarraigado y transformado por el titánico proceso económico y tecnocientífico del desarrollo del capitalismo, que dominó los dos o tres últimos siglos. Las fuerzas generadas por la economía tecnocientífica son ahora suficientemente grandes para destruir el medio, o sea, los fundamentos materiales de la vida humana. Las propias estructuras de las sociedades humanas, incluidas algunos fundamentos sociales de la economía capitalista, están en la inminencia de ser destruidas por la erosión de lo que heredamos del pasado humano. Nuestro mundo corre el riesgo de explosión y de implosión.
Los científicos sociales no necesitan ya imaginar la realidad mundial para estudiarla, en su conjunto o en sus diferentes aspectos. Es ya evidente que la transnacionalización, mundialización, planetarización o, con más propiedad, globalización del mundo, es una realidad geohistórica, social, económica, política y cultural. Ésta es una realidad problemática, simultáneamente inquietante y fascinante, por sus implicaciones prácticas y teóricas. Es como si repentinamente los individuos y las colectividades se diesen cuenta de que forman parte no sólo de la historia universal, sino también de la humanidad. Sin dejar de reconocer que esta humanidad no se parece ni a la ideología ni a la utopía.
2. Mundialización
La mundialización es un proceso que se ha venido desarrollando, aunque no de forma regular, durante un largo periodo. La mundialización posterior a la Segunda Guerra Mundial tiene numerosas facetas. En el ámbito económico y financiero, ha estado caracterizada por una fuerte expansión del comercio de bienes y servicios y, más recientemente, por una fuerte expansión de los flujos de capital. Diversos factores explican este proceso de crecimiento, tales como el progreso tecnológico, que ha llevado a importantes reducciones del coste de transporte y a un incremento sin precedentes de la capacidad de tratamiento de la información, y medidas económicas, entre las que cabe citar una reducción de las restricciones cuantitativas y arancelarias al comercio y la liberalización de los movimientos de capital.
2.1.- Mundialización: retos, desafíos y alternativas.
Durante los últimos 15 años, el proceso de mundialización ha estado acompañado por una sextuplicación de la producción mundial, mientras que la población mundial ha aumentado aproximadamente dos veces y media. Esto se ha traducido en importantes aumentos de la renta de gran parte de la población mundial y en unos mayores recursos para poder afrontar los desafíos que tiene planteados la política económica. Además, en los últimos 50 años en gran número de países se han observado importantes mejoras de otros indicadores del bienestar y la calidad de vida, tales como la esperanza de vida.
Es necesario hacer una distinción entre mundialización y globalización, en el sentido que utilizan estos términos los ideólogos del neoliberalismo. Mundialización, obviamente, se refiere más bien a la internacionalización de la economía o, mejor dicho para los marxistas, del capital monopólico en esta fase imperialista II (1980...). En cambio, con la introducción del concepto de globalización, el neoliberalismo pretende y en cierta medida lo ha logrado- instaurar una cultura universal única, un modo de vida cotidiana único, un tipo de educación único y una ideología y un pensamiento lo menos diverso posible. Utiliza el monopolio de los medios masivos de comunicación para desinformar y ocultar las protestas de los movimientos sociales o, en todo caso, minimizarlos para limar las aristas más filudas de las luchas de los trabajadores, de los ecologistas subversivos, de las reivindicaciones antipatriarcales del genuino feminismo, de los Pueblos Originarios (indígenas) y otras etnias, de los movimientos de contracultura o de alternativa de los trabajadores de la cultura.
2.1.1 La Mundialización: alternativa para el desarrollo y herramienta para el acercamiento de los pueblos.
Cuando 850 millones de personas en el mundo viven debajo de la línea de pobreza, cuando millares de niños mueren diariamente de hambre, cuando casi todos los días desaparecen culturas y modos de vida, cuando diariamente atentan contra el futuro del planeta, nadie puede pensar que lo que el mundo requiera hoy sea de nuevas regulaciones.
Se requiere de alternativas, es preciso un mundo nuevo socialmente justo y ecológicamente sostenible, hay que transformar el curso de este viejo orden económico, político, social, ambiental, generador de impactos ecológicos, climáticos y sociales que pagan las mayorías populares y amenazan la supervivencia en nuestro planeta. Las crisis sociales de esta debacle capitalista ya se siente en todo el mundo: desempleo, exclusión, vulnerabilidad de las clases medias.
La lógica de acumulación se impuso sobre las necesidades de los seres humanos. Hay una crisis de la civilización; riesgo incluso de la extinción del planeta y la desaparición de la especie humana.
Es preciso y urgente aclarar objetivos, vislumbrar la visión a largo plazo (la necesaria utopía, que luego deberá transformarse en práctica), y luego precisar propuestas a corto, medio y largo plazo. Para ello, hará falta afinar estrategias para lograr las correlaciones de fuerzas políticas, sociales y culturales que permitan avanzar en las alternativas, derrotando las lógicas y las propuestas de los causantes de la crisis.
Francois Houtart propone cuatro ejes para articular la visión de largo plazo: a) un uso renovable y racional de los recursos naturales, b) privilegiar el valor de uso sobre el valor de cambio, c) generalizar la democracia, también dentro del sistema económico, d) el principio de la multiculturalidad, que reúne a todos los saberes en la construcción de las alternativas necesarias.
Joseph Stiglitz, Nóbel economista estadounidense, señala que falló la gobernanza de las instituciones financieras internacionales como el banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Comité de Regulaciones Bancarias de Basilea: son inadecuadas y no representativas de las economías emergentes y menos aún de los países en desarrollo: “Hay que considerar una nueva estructura financiera internacional”, insiste.
La canciller alemana, Angela Merkel, instó a una nueva arquitectura financiera mundial: “Sin duda, tiene que haber una coordinación de la política económica global más allá del FMI, que ha fracasado, y del Banco Mundial. Ya es inconcebible decir que debemos tener fronteras abiertas sin una regulación global”. Algo similar sostiene el primer ministro británico, Gordon Brown, para quien el FMI y el BM no sirven para su propósito y necesitan cambiar drásticamente.
Brown, hablando en un seminario para establecer la agenda de la cumbre de abril de líderes del G-20 en Londres, dijo a los académicos reunidos que un “audaz paso hacia adelante” era necesario si habría que prevenir futuras crisis. “Estas instituciones fueron creadas para un mundo de flujos de capital local, no flujos de capital global. Las instituciones que hemos heredado no están equipadas para las funciones que tenemos que abordar en el futuro”, agregó.
Para Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, economista y filósofo, cada vez está más claro que la estabilidad financiera es un bien común y que, por tanto, es necesario hacer un esfuerzo coordinado para conseguirla. Sen señaló que se trata de una crisis moral en el sentido de que la gente ha utilizado la codicia de manera imprudente, haciéndose daño a sí misma y a los demás. “Muchas instituciones han caído, mucha gente está en la ruina. Se trata de una crisis de prudencia, además de una crisis moral. También es una crisis de control social, ya que podía haberse evitado si hubieran existido controles”, indicó.
La nueva relación con la naturaleza, que propone Houtart, significa la recuperación por parte de los Estados de la soberanía sobre sus recursos naturales, el cese de monocultivos y la revalorización de la agricultura campesina.
La multiculturalidad se expresa en la abolición de las patentes sobre el conocimiento, la liberación de la ciencia del dominio del poder económico, la supresión de los monopolios de la información, el establecimiento de la absoluta libertad religiosa.
Privilegiar el valor de uso significa la no mercantilización de las semillas, el agua, la salud, la educación, los servicios públicos, la supresión del secreto bancario, la anulación de las odiosas e ilegítimas deudas externas, el establecimiento de acuerdos regionales basados en la complementariedad y la solidaridad, así como la creación de monedas regionales. Sin duda, la crisis capitalista es una oportunidad privilegiada para poner en práctica estas medidas.
Democratizar las sociedades va más allá de la aplicación de la democracia participativa y la cogestión local en los temas económicos; va hasta la reforma misma de las Naciones Unidas, significa la reivindicación de los derechos humanos en todas sus dimensiones, individuales y colectivas.
El Sur necesita diseñar, definir, una agenda común, que enfrente las lógicas dominantes en las respuestas y medidas de los gobiernos del Norte frente a la crisis, atacando los problemas más urgentes de las mayorías, fijando metas cuantificadas y diseñando los instrumentos para alcanzarlas. Sí, es movilizarse contra los “rescates financieros para incompetentes”, como los denomina Paul Krugman, y proponer en su lugar que las Naciones Unidas acuerden habilitar Fondos Urgentes para hacer frente a la crisis alimentaria en este 2009, tal y como lo reclama la FAO.
Es necesario definir acciones urgentes frente a los paraísos fiscales, por donde pasa hoy casi la mitad del comercio mundial, y a donde las grandes empresas trasnacionales desvían sus beneficios para evadir el pago de impuestos. No cabe duda que todas las transacciones económicas deben someterse a la regulación y tasación de los Estados. Estos centros offshore facilitan la corrupción, el lavado de dinero y la evasión fiscal, socavando, a su vez, la gobernanza democrática.
Significa, en definitiva, definir los principios sobre los que debe basarse un Nuevo Orden Económico y Social, con la paralela articulación de propuestas urgentes llenas de sentido común y con amplio respaldo social para que sean adoptadas por la gran mayoría de los Estados presentes en la Asamblea General de la ONU. Es hora que el llamado bloque BRIC –Brasil, Rusia, India, China- se coloque decididamente del lado de la construcción de este Nuevo Orden y no se alíe a las propuestas de los poderosos del G-20.
Es necesario abordar, también, el sistema mundial de reservas, ya que el actual, en base al dólar, se está desmoronando, y el sistema euro-dólar-yen que podría reemplazarlo, podría ser aún más inestable. Sin duda se debe crear un nuevo sistema mundial de reservas, o, mejor aún, sistemas regionales que coadyuven al desarrollo de sus países y sirvan para proyectos de integración y conservación ambiental y de sus recursos naturales.
Es hora de superar los diagnósticos y sin olvidar la utopía, unirse para ir avanzando hacia ese mundo nuevo, necesario, imprescindible que reclaman las grandes mayorías.
La Alternativa Bolivariana para la América (ALBA) es una iniciativa de integración para los países de América Latina y el Caribe, promovida por la República Bolivariana de Venezuela, inspirada en el más grande sueño de nuestro Libertador, Simón Bolívar: “ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”.
La propuesta del ALBA la formuló por primera vez el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la isla de Margarita, al noreste de Venezuela, en diciembre de 2001.
Esta propuesta de unir a los países de América Latina y el Caribe en un solo bloque económico, político y social resume los principios rectores de una verdadera integración latinoamericana y caribeña basada en la justicia, la solidaridad, la equidad, la cooperación, la complementariedad, la voluntad común de avanzar, el desarrollo equitativo y el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, con énfasis en el desarrollo humano y social, además del político y económico.
Ideológicamente el Alba está sustentada en el pensamiento de los próceres latinoamericanos Simón Bolívar, José Martí, Antonio José de Sucre, Bernardo O’Higgins, José de San Martín, Augusto César Sandino, entre otros, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales restrictivas que nieguen el objetivo de construir la Patria Grande Latinoamericana que soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras.
La propuesta integracionista del Alba se contrapone a la neoliberal Área de Libre Comercio para las Américas (Alca), formulada por Estados Unidos en la primera Cumbre de las Américas, realizada en 1994. De entrar en vigor, el Alca constituiría desde el punto de vista político la desunión de los países latinoamericanos y niveles de dependencia y subordinación sin precedentes; desde el punto de vista económico contribuiría a la desnacionalización de las economías y significaría la profundización del neoliberalismo; y desde el punto de vista social traería mayor pobreza y desesperación para los sectores mayoritarios de nuestros países.
Frente al modelo capitalista, mercantilista, centrado en el desarrollo económico, depredador y profundizador de las desigualdades propuesto por el ALCA, el ALBA propone la búsqueda de un desarrollo en armonía con el entorno, sustentable en el tiempo, acorde con las potencialidades, sin discriminación y orientado fundamentalmente hacia la igualdad social.
Multipolaridad y diálogo Sur-Sur
La Alternativa Bolivariana para la América responde a la concepción integracionista de la política exterior venezolana, que promueve un nuevo orden internacional basado en la multipolaridad, impulsa el diálogo Sur-Sur y se expresa en una dimensión política, económica, cultural y militar en concordancia con las siguientes estrategias:
-Promover la integración latinoamericana y caribeña para abordar con mayor eficacia las desigualdades sociales y los altos niveles de pobreza que afectan a los países de la región
-Consolidar y diversificar las relaciones internacionales, robusteciendo la cooperación Sur-Sur y ampliando las relaciones con otras regiones y países
-Fortalecer el posicionamiento de Venezuela en la economía internacional, contribuyendo así a la ampliación de nuestras exportaciones no tradicionales y añadiendo valor a las tradicionales.
2.1.2.- Los movimientos sociales y los gobiernos frente a la globalización.
A lo largo de su historia, los movimientos sociales han jugado un papel fundamental en la determinación de la dinámica política latinoamericana, a través de una especie de dialéctica del disentir (Sartori, 2001), estos movimientos han terminado por convertirse en verdaderos aglutinantes de identidad y fuente de organización política al desarrollarse como grupos en sí mismos que buscan convertirse en grupos para sí mismos en los términos de Poulantzas. Desde el grito de independencia de Tupac Amaru, que podría considerarse su antecedente más significativo, el movimientismo latinoamericano ha desarrollado esos “vínculos que se sienten” y que son su materia prima organizativa a partir de la cual es dable pensar en una nueva forma de construir sociedad.
El proceso de secularización vivido durante el siglo XX, que separó lo social de lo sagrado y que es considerado por algunos como el más importante cambio hemisférico de la pasada centuria (Hobsbawm, 2003), con la campesinización del movimiento indígena que convirtió lo que ha debido tratarse como una causa étnica en un problema de reparto mecánico de parcelas de tierra y subsidios agrícolas (Samper, 2004) impidieron, para bien y para mal, que los factores religiosos y étnicos jugaran un papel determinante en la construcción de un modelo de sociedad alternativo después de las guerras de independencia. Hoy aun sobreviven en la región más de cuatrocientos grupos étnicos de indígenas, reconocidos formalmente en su existencia en los tratados internacionales, pero reducidos, en la práctica, a ser tratados como ghettos sociales, asentados en resguardos territoriales que actúan como grandes cárceles geográficas; sobreviviendo como naciones sin Estado, estas comunidades aborígenes todavía reclaman el respeto a sus formas comunitarias de gobierno, la vigencia de normas de convivencia que forman parte de ”su” legalidad y la protección de sus cimientos culturales.
El factor religioso, que fue definitivo como modelo de colonización a través de la evangelización católica, no jugó luego el mismo papel determinante en la caracterización del movimientismo latinoamericano como sí sucedió con otros movimientos mundiales, por ejemplo los islámicos: en los pocos momentos estelares en que la Iglesia de la región, a través de su episcopado, se comprometió con una línea antropocéntrica doctrinaria - como sucedió con su oposición al modelo de desarrollo neoliberal a finales de siglo – contribuyó positivamente a legitimar los movimientos que se oponían a temas relevantes del modelo, como la apertura indiscriminada de mercados, las privatizaciones de empresas públicas sociales o la flexibilización de los regímenes laborales.
La lucha por la tierra ha sido una constante histórica en el movimientismo latinoamericano. Fue la reivindicación originaria de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que hoy sobreviven, solitariamente, como el único movimiento armado en América Latina después de las desmovilizaciones de los grupos armados centroamericanos a las cuales contribuyeron otros movimientos como la Coordinadora Revolucionaria de Masas del Salvador. El mismo elemento vuelve a aparecer en los propósitos reivindicativos del movimiento brasileño de los “Sin Tierra” que recuerda la epopeya mítica de Antonio Conselheiro al terminar el siglo XIX. La tierra reaparece también en el acta de nacimiento del movimiento zapatista mexicano y en la agenda de movimientos más actuales como los indígenas ecuatorianos y los cocaleros bolivianos. Años atrás, al comenzar el siglo XX, el programa de la izquierda boliviana conocido como “La justicia del Inca” planteaba la necesidad de “entregar las tierras al pueblo y las minas al Estado.”
Alrededor del tema específico de las tierras después se consolidaría el movimiento “katarista” boliviano del cual surgieron los partidos cocaleros y campesinos que eligieron, recientemente, a Evo Morales como Presidente de Bolivia. En el Ecuador el primer estallido social, detonante en buena parte de la situación de ingobernabilidad por la que atraviesa el país, se produjo por la aprobación de la Ley de Desarrollo Agrario que acabó con la propiedad comunal de la tierra que se convirtió, precisamente, en la principal consigna de movilización del movimiento Pachakuti cuyo nombre deriva de “pacha”(tierra) y “kuti”(retorno), el retorno a la tierra, un “retorno” que ha sido tan esquivo en América Latina que ha causado revoluciones, estallidos, revueltas, revoluciones y movimientos.
A finales del siglo pasado, la región conoció otro tipo de protestas asociadas a la vieja reclamación territorial: las denominadas “guerras del agua” iniciadas en Cochabamba (Bolivia) y Tucuman (Argentina) para protestar por la baja cobertura y sus altas tarifas. Estas mismas banderas resultaron coincidentes con los propósitos reivindicativos de la “coalición nacional de lucha por el agua integrada” de Nicaragua que logró convertirse en una gran contestación social regional, reconocida más tarde por la Conferencia Mundial de la Haya al declarar el agua como un bien público global.
Los movimientos sociales en Venezuela no es muy diferente a la de otros países de América Latina donde los partidos políticos fueron, poco a poco, fundando las organizaciones sociales, como el medio para organizar a la población, según diversos intereses y necesidades.
En las primeras décadas del siglo pasado, los fundadores de los primeros partidos políticos, antecesores de los actuales, generalmente provenientes del movimiento estudiantil, se dieron a la tarea de crear los primeros sindicatos y organizar a los campesinos, entre otros sectores de la sociedad.
Este modelo sustentado en el esquema leninista de los partidos, se afianzó, incluso en el caso de las organizaciones de izquierda que constituyeron diversos "frentes" para organizar a las masas. Y que en el caso venezolano también tuvo su fuente en las aulas universitarias que desembocaron en la lucha armada de los años 60.
A principios de la década de los años 90, la implementación del modelo neoliberal encuentra a los partidos políticos en su más bajo nivel de deterioro, en vista de su incapacidad para interpretar los nuevos tiempos y las necesidades de más del 80% de la población excluida de los beneficios de la renta petrolera. Era tal el deterioro, que no se podía entender que un estallido social como El Caracazo no tuviera un liderazgo político. Y mientras la abstención electoral aumentaba y la credibilidad de la democracia como sistema se resentía, el clímax de la crisis política lo constituyó el intento de golpe de estado de 1992 encabezado por el actual presidente Hugo Chávez.
Como en otras épocas de la historia, la sociedad venezolana voltearía la mirada hacia el sector militar como proveedor de salidas a las crisis, al mismo tiempo que éste mismo sector reclamaría para sí el liderazgo de los cambios por venir.
Hablar de los movimientos sociales es realizar una narración en paralelo con la historia de los partidos políticos. Es así como con cierto rezago con respecto al resto del continente, y coincidiendo con el deterioro de las organizaciones políticas se desarrollan en Venezuela algunos movimientos de trabajadores con enfoque clasista, surge el movimiento vecinal, el movimiento de mujeres, un movimiento por la defensa de los derechos humanos, especialmente de los DESC, pero también se producen algunas alternativas en el movimiento estudiantil, la mayoría reivindicando algunos niveles de independencia y autonomía.
Sin embargo, tanto en el Caracazo de 1989, como en el intento de golpe de 1992, estos movimientos quedan descolocados frente a las nuevas realidades. De hecho, las diversas agrupaciones políticas de izquierda que promovieron algunos de los movimientos mencionados quedan fuera de juego y posteriormente se van integrando, poco a poco, a la iniciativa bolivariana que propone el entonces candidato Chávez.
De hecho, el presidente Chávez, consciente de la situación del tejido social en Venezuela hizo una campaña total que abarcó a todos los sectores del país, inclusive más allá de la izquierda. Hasta tal punto que pudo captar a las bases de los partidos mayoritarios: Acción Democrática y el Partido Demócrata Cristiano (COPEI). En este caso la meta no era organizar a las masas, sino ganar las elecciones.
Sin embargo, una vez que llega el poder, el presidente ha seguido empeñado en re-construir el tejido social y organizativo de la población, especialmente en lo que respecta al liderazgo del proceso revolucionario. En el entendido que su Movimiento Quinta República y el resto de los partidos que lo apoyan sirvieron fundamentalmente para ganar las elecciones, pero no representaban cabalmente el partido de la revolución ni interpretaban la organización de los sectores sociales en Venezuela.
Movimientos y Partidos
Si los partidos compiten y los grupos de interés presionan, los movimientos sociales luchan. El conflicto, la movilización convertida en acción y la organización desjerarquizada como elementos propios de la dinámica movimientista sobresalen hoy en medio de la crisis de representación que caracteriza las democracias latinoamericanas y el desencanto de una opinión pública decepcionada con los actores políticos y que lleva a muchos ciudadanos a simpatizar con estas expresiones desinstitucionalizadas de hacer política, muchas de las cuales terminan convertidas en verdaderas propuestas antipolíticas, es decir, contra los políticos mismos.
La crisis de gobernabilidad por la que atraviesa América Latina es así la crisis de sus partidos bien sea por su proliferación (Brasil), su desaparición (Venezuela) o su decaimiento (Colombia, Costa Rica, México). El grito “Que se vayan todos” que acompaña muchas de las movilizaciones sociales latinoamericanas recientes expresa la inconformidad de los actores sociales con los actores políticos tradicionales. ¿Qué hacer entonces con los partidos? El problema de estos es que cada día se parecen más a la idea que la gente tiene de ellos, que los acusa de haberse convertido en auténticas empresas electorales concentradas en la representación de los intereses particulares de sus agentes políticos. Pero la debilidad de los partidos, su inexistencia o incompetencia no debe concluir en la necesidad de acabar con ellos, al contrario, de lo que se trata es de fortalecerlos, abrirlos y hacerlos más transparentes.
La definición de unos nuevos términos de su relación con los movimientos sociales podría ser un excelente punto de partida para acometer de manera definitiva la tarea de asegurar la gobernabilidad futura de la región y construir, a partir del binomio sociedad-partidos, los términos de un nuevo concepto de ciudadanía, basado en “el derecho a tener derechos,” como lo ha propuesto el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Con esta nueva carta de ciudadanía los individuos, además, podrían actuar como sujetos-actores de una idea alternativa de lo que debe ser una verdadera comunidad política y el asociacionismo solidario propio del movimientismo podría servir de punto de partida para la ampliación de la base autogestionaria de la democracia. En la medida en que dicho esfuerzo de ampliación democrática se consiga siguiendo narrativas movilizadoras no violentas, como lo ha decidido el Foro de Portoalegre al excluir de su lista de participantes los movimientos armados, la alianza política de los partidos con el movimientismo y las organizaciones no gubernamentales que también representan la sociedad civil puede marcar pautas positivas para la construcción de un modelo alternativo global dentro del cual se sienta representada América latina.
Frente a la Globalización
Aunque la mayoría de los movimientos latinoamericanos nacieron del conflicto dialéctico entre identidad y sistema, en los últimos años han surgido en América Latina movimientos nacidos de la globalización para protestar contra las privatizaciones temerarias, los tratados de libre comercio, el modelo neoliberal de desarrollo y la imposición de patrones de consumo alienantes. Se trata de la llegada de una nueva “ola global” de movimientos como las que vivió la región después de la Revoluciones soviética (1917), China (1949) y Cubana (1968). Por estas mismas razones el movimiento zapatista de México ha sido considerado como el precursor de la globalización latinoamericana y la Declaración de Lacandona que le dio origen como un grito de protesta al estilo de los gritos mexicanos de emancipación del siglo XIX pero con motivaciones del siglo XX como su denuncia del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, México y los Estados Unidos (NAFTA) o su exigencia de restablecer la Organización Internacional del Café para defender los precios internacionales del grano para los pequeños productores campesinos. Banderas zapatistas como la defensa de la soberanía alimentaria contra la competencia desleal de importaciones agrícolas subsidiadas, fueron retomados por otros movimientos regionales contra los tratados de libre comercio de la misma manera como, en su época, se extendieron como pólvora todas las banderas agraristas de Pancho Villa.
La presencia sistémica de estos nuevos movimientos sintonizados globalmente como su interrelación a través de las redes internacionales puede interpretarse como el principio de construcción de una nueva ciudadanía global nacida de una identidad multidiversa que busca superar la paradoja de un mundo cada día más integrado simbólicamente y más desintegrado socialmente. De alguna manera, estos movimientos sociales globales han representado la posibilidad de oxigenar, lejos del “reduccionismo socioeconomómico de la política” planteado por el debate neoliberal, la agenda política contemporánea. Esta última se ha visto en efecto renovada con la introducción de temas “frescos” como la defensa ecológica, la equidad de género o la propia preservación de la democracia a partir del respeto a los derechos humanos. Se trata, en suma, de defender unos derechos culturales - dentro del referente amplio de la defensa misma de los derechos humanos - como el derecho a la apropiación colectiva de ciertos bienes globales como la salud, la educación, el medio ambiente y el trabajo.
El aporte de los movimientos globales no termina allí, se extiende a la modernización de la gestión contestataria a través del empleo de medios de comunicación masiva como el INTERNET que ha servido, por ejemplo, a los indígenas latinoamericanos para crear un sitio web de encuentro. Las redes internáuticas de estos movimientos se parecen al tejido “jaroto”, propio de la región andina latinoamericana: un tejido totalmente asimétrico que sin tener una lógica en su conformación tiene una admirable coherencia en su conjunto.
La lucha del movimientismo latinoamericano por reivindicaciones específicas como tierra, paz y agua, ha nacido de una auténtica conciencia local que coincide con la idea de lo local para lo global que anima el nuevo pensamiento alternativo del mundo. Demuestra también que las luchas por la igualdad social no son incompatibles con las que defienden la diversidad cultural y que, de alguna manera, son inseparables. Hay quienes piensan inclusive que de una adecuada combinación de subjetividades determinadas como las que benefician a los sujetos económicos y subjetividades indeterminadas de impacto más colectivo podría salir una nueva propuesta alternativa global. En el diccionario de lo global, la sumatoria de los esfuerzos de todos estos movimientos constituyen un “capital social” para la región.
Conclusiones
Globalización o mundialización, se puede entender la situación que se crea cuando existen relaciones, flujos, comportamientos, actores, procesos y valores que tienen origen, actúan, se reproducen, repercuten o se identifican en el espacio mundial, debiendo quedar claro que su mera existencia nada dice de su importancia relativa. Hoy son muchas las mundializaciones en curso y densas sus interdependencias. Pero, según hablemos de la mundialización de la tecnología, de los procesos ambientales, de los valores, de la cultura, de las instituciones, del discurso económico o de la realidad comercial, productiva o financiera, podremos afirmar cosas distintas de sus causas, de su naturaleza, del grado alcanzado, de sus tendencias y de sus efectos. Es imprescindible ser conscientes de que lo que es pertinente para un tipo de globalización no lo es para otra, y viceversa. Además, aunque la globalización que hoy impera no es pura ideología, es indudable que hay también una fuerte componente ideológica cuando, a escala mundial, se presenta la lectura de los procesos que propone el paradigma neoliberal como la única posible, la verdadera: ciencia en estado puro.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) abarcan los diferentes sectores de la sociedad, desde el productivo, económico, científico, cultural hasta el educativo. Diversos países del mundo ya han incorporado las TIC a la educación, sumergiéndola en las ideas de globalización y mundialización del saber; creando cada día nuevas formas de enseñar y aprender. El propósito de esta investigación fue determinar los conocimientos previos que tenían un grupo de profesores de 9no grado de Educación Básica, del área de Física, sobre las TIC, aplicables al proceso de enseñanza-aprendizaje de esta asignatura, para posteriormente ofrecerles un programa de formación y actualización. La metodología utilizada permitió dictar a la muestra de docentes una serie de talleres y asesorías en el uso de Internet y software educativo para la enseñanza de la Física, con la intención de que aplicaran estos recursos como herramientas de impacto en el abordaje de algunos tópicos de la misma, en su hacer docente. La efectividad de la formación de los docentes se midió a través de alumnos de éstos, determinando sus impresiones y aceptación al uso de las tecnologías como parte de la transformación educativa que se debe dar en este milenio. Estos estudiantes mostraron gran interés en el estudio de algunos temas de física al usar estos recursos, permitiendo la creación de ambientes educativos motivantes y retadores para la construcción de conocimientos.
Una tentación frecuente en el enfoque del desarrollo rural y de la pequeña producción familiar es intentar mantenerla al margen de la dinámica económica del país y mucho más de la internacional.
Múltiples enfoques estimulan la tendencia a la autarquía de la producción familiar pretendiendo un desarrollo rural auto centrado, autónomo e independiente.
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